La enfermedad renal crónica impacta directamente en el bienestar de los pacientes que la sufren y suele terminar desencadenando en el desarrollo de otras patologías. La pérdida de la masa muscular, conocida como sarcopenia, es una de las consecuencias más destacadas de dicha enfermedad, tanto por su tendencia como por la relevancia que tiene.
En este artículo te explicaremos en qué consiste la sarcopenia, sus causas y consecuencias, así como el tratamiento que se suele aplicar para los enfermos renales crónicos que la padecen.
Qué temas encontrarás en este artículo
¿Qué es la sarcopenia y cómo afecta a un enfermo renal?
La sarcopenia es una enfermedad degenerativa que se basa en la pérdida progresiva de la masa muscular esquelética, lo que conlleva una disminución de la fuerza (dinapenia) y el rendimiento físico de las fibras musculares.
La sarcopenia tiende a estar muy ligada con las personas que padecen una enfermedad renal crónica (ERC), pues su situación fisiológica y las rutinas que habitualmente mantienen favorecen el deterioro muscular.
Asimismo, este debilitamiento muscular aumenta el riesgo de caídas y lesiones de los pacientes con enfermedad renal, así como una pérdida de su independencia. Además, desencadena también en un aumento del tejido graso, lo que amplía la probabilidad de padecer hipertensión, obesidad o diabetes.
Además, la sarcopenia es altamente prevalente en los pacientes mayores con insuficiencia renal crónica, pues su patología ya les debilita de por sí para realizar ciertas actividades y movimientos. Por lo que, dicha enfermedad produce un agravamiento de su situación.
Causas de la sarcopenia
La sarcopenia puede venir originada por múltiples motivos, entre los que destacan especialmente estas causas:
- Envejecimiento: El envejecimiento es la causa principal de la pérdida de masa muscular, ya que a lo largo de los años se van perdiendo proteínas de contracción, aumenta la discapacidad y termina por padecerse atrofia o pérdida de la fibra muscular.
- Inactividad física: Ya sea por una inactividad física justificada o por un estilo de vida basado en el sedentarismo, se trata de otro de los factores más comunes que dan paso a la sarcopenia. Esto se debe a que, el desuso muscular conlleva una reducción de la síntesis proteica y, en consecuencia, una gran pérdida de la funcionalidad muscular.
- Enfermedades crónicas: Especialmente aquellas relacionadas con el riñón (ERC), hígado, pulmones, corazón, diabetes y problemas de malabsorción, como la celiaquía.
- Aporte genético: La carga genética también puede condicionar la aparición de sarcopenia, pues se contienen diferentes cantidades de masa muscular y se puede tener mayor o menor facilidad para perderla.
- Problemas nutricionales: La ingesta insuficiente de proteínas, vitaminas y el resto de nutrientes esenciales hace que el músculo se deteriore y debilite, perdiendo funcionalidad para las acciones cotidianas.
- Déficits hormonales: La disminución de los niveles de hormonas está relacionada con la masa muscular, especialmente las hormonas anabólicas como la testosterona, la somatotropina y la insulina. Estos cambios en el sistema endocrino pueden terminar por producir resistencia a la insulina, lo que supone un posible desencadenante de la diabetes.
- Problemas neurológicos: La pérdida de las unidades motoras de la médula espinal son las encargadas de conducir el impulso nervioso hasta los músculos. Por lo que, si estas se dañan, perjudica directamente en la masa y fuerza muscular.
- Exceso de citoquinas inflamatorias: Las citoquinas son unas proteínas que se encargan del proceso de pro-inflamación y anti-inflamación durante las respuestas inmunológicas. Un desequilibrio de estas puede desembocar en una inflamación muscular crónica, considerada un factor de riesgo para padecer sarcopenia.
¿Por qué los enfermos de diálisis padecen sarcopenia?
La sarcopenia está muy ligada con los enfermos de diálisis debido a la hiperfosfatemia, es decir, la presencia de un nivel elevado de fosfato inorgánico en la sangre. La cual viene provocada en la mayoría de los casos por una insuficiencia renal avanzada.
Durante la enfermedad renal crónica (ERC), el filtrado de los riñones no funciona correctamente y no se pueden eliminar bien algunas sustancias, entre las que se encuentra el fósforo.
Esta concentración de elementos residuales produce la generación de la toxina urémica, la cual contribuye al deterioro de múltiples funciones bioquímicas y fisiológicas. Y, por consecuencia, tiende a desencadenar el padecimiento de sarcopenia.
Consecuencias de la sarcopenia
La sarcopenia conlleva una serie de consecuencias que afectan negativamente en la salud de las personas, y especialmente en aquellas con enfermedad renal crónica.
Estas son las principales consecuencias de la sarcopenia :
Mayor índice de caídas y morbilidad
El debilitamiento de la masa muscular supone una pérdida del equilibrio y la fuerza esquelética, lo que aumenta la tendencia a que los pacientes se caigan. Asimismo, estas caídas conllevan una serie de aspectos que desfavorecen el bienestar de los enfermos:
- Fracturas: Las caídas suelen ir acompañadas de lesiones que empeoran en gran medida la situación de los pacientes, pues generalmente suelen requerir un gran reposo para su recuperación, lo que favorece el agravamiento de la sarcopenia.
- Discapacidad: Si se agudiza el debilitamiento de los músculos puede llegar a un nivel alto de discapacidad en el que los enfermos terminan por ser incapaces de realizar ciertas acciones o movimientos.
- Pérdida de independencia: En relación con el punto anterior, la discapacidad también supone una pérdida de la independencia y llega a un punto que no pueden vivir el día a día sin la ayuda de otra persona.
- Pobre calidad de vida: La sarcopenia y las caídas que esta desencadena afectan directamente en la calidad de vida del enfermo, pues influye en el bienestar integral de la persona.
- Institucionalización: La dependencia va de la mano con la necesidad de institucionalización. Especialmente en el caso de los ancianos, que comúnmente les motiva a su institucionalización en centros geriátricos.
- Mayores costes: Las lesiones, fisuras o cualquier otro tipo de patología conlleva un aumento de los costes para el paciente. Como, por ejemplo, los costes en fármacos, hospitalizaciones o transporte.
Pérdida de habilidad para caminar sin riesgos
La acción de caminar se ve afectada, ya que depende de un sistema sensorial intacto y de un sistema musculo-esquelético en condiciones. Esto conduce a:
- Mayor incidencia de caídas en adultos mayores: En relación con lo explicado anteriormente. La sarcopenia produce una disminución de la capacidad de caminar, especialmente en los pacientes mayores, lo que facilita que se puedan caer.
- Mayor incidencia tras el ingreso de necesitar terapia sustitutiva: El ingreso hospitalario provoca un aumento del porcentaje de los pacientes que necesitan un tratamiento sustitutivo (diálisis peritoneal, hemodiálisis o trasplante renal). Este pasa de un 27% en etapas previas al ingreso a un 73% tras este.
Tratamiento para la sarcopenia
- Prevención de la sarcopenia ➤
- Ejercicios para conseguir más masa muscular ➤
- Contar con la ayuda de una alimentación saludable ➤
- Otros hábitos diarios que ayudan a mantener la masa muscular ➤
Prevención de la sarcopenia
El primer paso fundamental para la prevención de la sarcopenia es evaluar la situación física del paciente para poder obtener un diagnóstico temprano en caso de que este padezca sarcopenia.
El diagnóstico se basa en la realización de estudios complementarios en camilla para examinar la masa, fuerza y desempeño físico de la función muscular, con sus correspondientes pruebas en cada caso. Estas son las siguientes:
- Evaluación de masa muscular: Bioimpedancia, TAC, RNM, DEXA y Antropometría (IMC).
- Evaluación de fuerza muscular: Dinamómetro (Handgrip) y fuerza cuadricos de extensión máxima.
- Evaluación del rendimiento físico: Test funcionales. Short physical performance battery (SPPB), Test STS-10, STS-5 Y STS 60, Test Time Up and Go.
Asimismo, también existen una serie de ejercicios con bandas elásticas que ayudan a mantener la masa muscular y reducir el riesgo de padecer sarcopenia. Se trata de unos ejercicios de resistencia y fortalecimiento muscular que permiten mantener una intensidad moderada para los enfermos renales crónicos.
Cada persona debe realizar los ejercicios adecuados para el grado de la enfermedad en el que se encuentre y guiados por las recomendaciones de su fisioterapeuta. Además, es importante escoger una goma elástica de resistencia correspondiente a la situación del paciente. En el caso de las personas que contengan una fístula en el brazo, deberán escoger una goma elástica de fuerza débil para no dañarla.
Las bandas elásticas pueden ser de varios colores, y cada uno de ellos representa un nivel de resistencia diferente. Dependiendo del fabricante los colores serán unos u otros, pero siempre cuanto más grosor tenga la banda, mayor será su resistencia.
Generalmente la mayoría de las marcas suelen seguir estos parámetros de resistencia:
- Amarilla: Extra ligera
- Roja: Ligera
- Verde: Ligera-media
- Azul: Media
- Negro: Alta
- Oro: Muy alta
Existen tres formas diferentes de trabajar con la banda elástica, dependiendo del objetivo que se busque:
- Para trabajar la fuerza: Contracción rápida y descontracción lenta. Consiste en elongar muy rápido la goma y descontraerla de manera más lenta. Se trata de una proporción 1:3 entre contracción y descontracción, haciendo una contracción explosiva seguida de una beneficiosa contracción excéntrica.
- Para calentamiento inicial: Contracción y descontracción rápida. Se trata de realizar muy rápidos los movimientos sin llegar a tener demasiada tensión en la goma.
- Para prevenir o recuperar las lesiones: Contracción y descontracción lenta. Se elonga y descontrae la goma de manera lenta y sin forzar, haciendo una breve pausa en el punto de mayor tensión para incidir en la contracción simétrica de la musculatura.
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Los ejercicios con banda elástica permiten trabajar la resistencia y fortalecimiento muscular con una intensidad moderada para los enfermos renales crónicos.
Ejercicios para conseguir más masa muscular
La terapia física es el tratamiento más eficaz para contrarrestar la pérdida de masa y fuerza muscular provocada por la sarcopenia. Normalmente se suelen combinar cuatro tipos de ejercicios:
- Aeróbicos: Habitualmente se recomienda realizar tres o cuatro veces por semana sesiones cortas de ejercicio aeróbico moderado, ya que ayuda a reducir la grasa intramuscular y mejorar la funcionalidad del músculo. Como, por ejemplo, caminar, bailar o montar en bicicleta.
- De resistencia progresiva: Este tipo de ejercicios suelen ser los más practicados durante el tratamiento, pues son los que mayormente aumentan la fuerza y potencia muscular. Suelen complementarse con el uso de equipamiento de peso y particularmente se puede optar por distintas opciones como ejercicios de fuerza máxima, fuerza con bandas elásticas o entrenamiento en circuito.
- De balance: El ejercicio físico de balance se basa en movimientos de intensidad suave que busca la relajación y equilibrio del cuerpo. Por esto, resultan muy convenientes para prevenir lesiones durante las sesiones de ejercicio, corregir posturas corporales y recuperar la falta de equilibrio perdida por la sarcopenia. Un ejemplo de ejercicio de balance sería caminar a través de una superficie blanda o mantener el equilibrio encima de un equipo en movimiento.
- Flexibilidad: Basada en el estiramiento de las partes del cuerpo del paciente. Aunque los ejercicios de flexibilidad no colaboran en el aumento de masa muscular, es recomendable su práctica, ya que ayudan a ampliar un mayor rango de movimiento de las extremidades del cuerpo y resulta muy conveniente para disminuir el riesgo de caídas.
AVISO IMPORTANTE: Estos ejercicios y pautas se basan en recomendaciones generales para enfermos renales crónicos. Siempre deben realizarse individualizados y bajo la supervisión de personas capacitadas. El profesional fisioterapeuta es quien debe diseñar el entrenamiento y escoger el tipo de cargas más convenientes para las capacidades físicas y el estadio en el que se encuentra el paciente.
Contar con la ayuda de una alimentación saludable
El ejercicio físico no es el único aspecto importante para combatir la sarcopenia. Mantener una alimentación saludable y un adecuado estado nutricional también es fundamental para aumentar la masa y fuerza muscular.
El nutriente más destacado para el tratamiento de la sarcopenia es la proteína, pues se trata de un nutriente esencial que aporta energía y mantiene la masa muscular. No obstante, su consumo debe ser moderado, pues un exceso de ella puede conducir a problemas renales. De hecho, las personas que se encuentran en tratamiento de diálisis tienen un control riguroso de la ingesta de proteínas.
Otros de los nutrientes más recomendables para reducir la sarcopenia son la Vitamina D y Omega 3, los cuales se encuentran mayormente en pescados, y la creatina, normalmente ingerida mediante suplementos nutricionales.
Para mantener una dieta saludable y equilibrada también se deben evitar todos los alimentos grasos, el exceso de azúcar y sal. Puesto que, el aumento del porcentaje corporal graso favorece la pérdida de masa muscular.
Otros hábitos diarios que ayudan a mantener la masa muscular
Además de los entrenamientos de terapia física hay ciertas pautas que se pueden aplicar en el día a día para mejorar la capacidad física y muscular. Algunas de estas son las siguientes:
- Ir caminando a los sitios: Tan sencillo como olvidarse del transporte público o el coche y acostumbrarse a ir andando a los sitios. Ya sea al trabajo, a ver a una amiga o a hacer la compra, es recomendable andar un mínimo de 30 minutos al día. Además, puedes aprovechar para practicar resistencia cargando las cosas del trabajo o la bolsa de la compra.
- Aumenta la velocidad: La velocidad de la marcha también es muy importante, ya que no hace el mismo efecto dar un paseo relajado que aumentar tu ritmo natural. Poco a poco intenta ir andando cada vez más rápido a los sitios.
- Subir y bajar escaleras: Aprovechar las escaleras es un buen método para ganar mejor forma física. Puedes empezar subiendo pocos pisos e ir incrementando poco a poco cuando te sientas capaz.
- Levántate sin apoyo: Intenta acostumbrar a tu cuerpo a levantarte de la silla o del sofá sin apoyarte en nada. De esta forma lograrás fortalecer tu musculatura poco a poco.
- Baila cuando puedas: Cuando estés en casa y tengas tiempo, ponte tu música favorita e intenta bailar un rato. Te lo pasarás bien al mismo tiempo que practicarás ejercicio aeróbico.
Alexis Mercé
Contenido supervisado por Alexis Mercé
Fisioterapeuta del equipo multidisciplinar de Alcer-Turia
Graduado en Fisioterapia y con Máster Oficial en Valoración de Fisioterapia y Readaptación en el Deporte por la Universidad de Valencia. Está colegiado en el Ilustre Colegio Oficial de Fisioterapeutas y ha realizado una gran variedad de cursos académicos en la rama de la fisioterapia, además de disponer de una larga trayectoria profesional en el sector.
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