La hipertensión arterial o presión arterial alta hace referencia a una fuerza elevada de la sangre contra las arterias durante el bombeo del corazón.
La presión arterial se calcula mediante dos números que miden las arterias durante el latido (presión sistólica) y entre los latidos (presión diastólica). Normalmente, se considera elevada cuando alcanza niveles superiores a 130/80 milímetros de mercurio (mm Hg).
Es importante tratar la hipertensión arterial una vez detectada, pues cuanto más alta es la tensión más esfuerzo debe hacer el corazón durante el bombeo de la sangre. Además, también favorece el padecimiento de infartos, insuficiencia cardiaca o accidentes cerebrovasculares.
Así pues, la hipertensión arterial muchas veces viene provocada por otras enfermedades como la enfermedad renal crónica, hiperparatiroidismo o la apnea obstructiva del sueño (AOS).