La tolerancia al ejercicio se entiende como la capacidad que tiene una persona para llevar a cabo un ejercicio físico concreto con una intensidad determinada. Esta tolerancia puede aplicarse a diferentes tipos de ejercicio, como por ejemplo a nivel aeróbico, esquelético, muscular o de flexibilidad.
Las personas con enfermedad renal crónica tienden a padecer una disminución de sus capacidades físicas, y por tanto, una menor tolerancia al ejercicio físico. Por eso, es importante que cuenten con una terapia adaptada a sus limitaciones y enfocada en mejorar su estado físico.
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