La quiluria es una condición caracterizada por la presencia de linfa en la orina, lo que le otorga un aspecto blanquecino o lechoso. Este fenómeno ocurre debido a una comunicación anormal entre los vasos linfáticos y las vías urinarias, permitiendo que la linfa se mezcle con la orina.
Se trata de una patología poco común y su aparición puede estar relacionada con infecciones, malformaciones congénitas, traumatismos o enfermedades que alteren la función del sistema linfático o urinario.
El desarrollo de quiluria durante la enfermedad renal crónica puede reflejar complicaciones asociadas a la inflamación crónica o infecciones recurrentes propias del deterioro de la función renal, ya que la ERC predispone a cambios estructurales y funcionales en los riñones y las vías urinarias, lo que facilita la aparición de fístulas linfáticas. En algunos casos, esta condición también puede reflejar la presencia de patologías subyacentes como la tuberculosis renal o linfangiectasias, las cuales agravan el deterioro renal. Y, en casos avanzados de la ERC, los efectos negativos de la quiluria pueden potenciarse debido al desequilibrio metabólico y nutricional.