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La enfermedad renal crónica (ERC) supone una pérdida de calidad de vida para el paciente, ya que produce una progresiva disminución de su autonomía y capacidad funcional, entre otras cosas.

Los pacientes renales, muchas veces tienden a llevar un estilo de vida más sedentario y terminan perdiendo gran parte de su masa muscular. Además, la enfermedad renal crónica suele desencadenar en patologías músculo-esqueléticas como son la sarcopenia, y la osteodistrofia renal.

Para combatir el desarrollo de este tipo de enfermedades, así como el deterioro de la masa muscular del paciente, los profesionales recomiendan mantener una rutina de actividad física semanal a los pacientes con enfermedad renal crónica.

Si quieres conocer la importancia del ejercicio físico en pacientes renales con ERC, así como las recomendaciones y precauciones a tener en cuenta, en Alcer Turia te lo contamos todo a continuación.

Beneficios del ejercicio físico en los pacientes renales con ERC

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja incluir el ejercicio físico de forma regular desde los primeros estadios iniciales de la enfermedad renal crónica, pues mejora la condición física y psicológica, reduce la mortalidad y ofrece mayor calidad de vida al paciente.

Así pues, el ejercicio físico tiene otros beneficios más concretos en los pacientes renales con ERC:

  • Elimina solutos: La práctica de ejercicio físico ayuda a depurar rápidamente los desechos de la sangre.
  • Favorece la agilidad y flexibilidad corporal: Mejora el día a día de los pacientes a la hora de realizar ciertos movimientos (como agacharse o alcanzar objetos en altura) y mantener mejor el equilibrio.
  • Ayuda a controlar la hipertensión y diabetes, y aumenta el colesterol HDL: El control de estos tres factores disminuyen el riesgo de padecer una patología cardiovascular. Además, la diabetes mellitus puede desencadenar en nefropatía diabética.
  • Mejora el estado de ánimo: La práctica de ejercicio físico dota al paciente de mayor independencia en su día a día, lo que refuerza su seguridad y autoestima.
  • Disminuye el estrés: Cuando se realiza ejercicio físico se liberan endorfinas, conocidas como “la hormona de la felicidad”, que ayudan a que el paciente sienta mayor sensación de bienestar y despeje su mente de preocupaciones.
  • Fortalece los músculos, huesos y articulaciones: Una estructura músculo-esquelética fuerte mejora el equilibrio y disminuye el riesgo de caídas. Además, ayuda a combatir la sarcopenia y la osteodistrofia renal.
  • Refuerza el sistema cardiovascular-respiratorio: El ejercicio físico estimula la circulación sanguínea y contribuye a reducir la tensión arterial. Por lo que, también disminuye el riesgo de padecer una patología cardiaca.
  • Aumenta la energía: La actividad física proporciona oxígeno y nutrientes al organismo, lo que estimula el metabolismo energético y aporta al paciente mayor energía en su día a día.

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Qué pasa si padeces ERC y no realizas ejercicio físico

A pesar de todos los beneficios que ofrece llevar una vida activa para las personas con enfermedad renal crónica, hay pacientes renales que no son capaces de incluir el ejercicio físico en su rutina. Ya sea debido a sus capacidades o por falta de voluntad.

La enfermedad renal crónica provoca alteraciones en el sistema cardiovascular y el aparato locomotor, lo que conduce a mayor riesgo de caídas, fracturas, hospitalización, e incluso mortalidad.

Es importante motivar siempre al paciente a llevar una vida más activa físicamente, ya que el sedentarismo agrava los síntomas de la enfermedad. Una rutina de ejercicio físico semanal mejorará la calidad de vida, el estado de ánimo y el tiempo de independencia por parte del paciente. Además, también disminuirán los costes necesarios por los ingresos hospitalarios.

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Recomendaciones de ejercicio físico para pacientes renales

Como hemos explicado, la práctica de ejercicio de forma rutinaria y de baja intensidad tiene un impacto positivo en la función renal.

Así pues, es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de realizar ejercicio físico para pacientes renales con ERC:

Qué ejercicios realizar

Los ejercicios más recomendados para enfermos renales crónicos son los siguientes:

  • Aeróbicos: Reducen la grasa corporal, mejoran la función cardiovascular y la capacidad pulmonar. Se recomienda realizarlos con intensidad moderada al menos 5 veces por semana. Como, por ejemplo, caminar, ir en bicicleta o nadar.
  • Fortalecimiento y tonificación: Aumentan la masa muscular y densidad ósea, lo que contribuye a reforzar la autonomía y retrasar la dependencia. Así pues, aceleran el metabolismo y reducen el riesgo de padecer patologías como la osteoporosis o poliartrosis.
  • Equilibrio y coordinación: Se trata de ejercicios como mantener el equilibrio en un equipo en movimiento, caminar en línea recta un pie seguido del otro, subir y bajar escaleras, caminar de puntillas… Todos estos ejercicios potencian el equilibrio y la fuerza en las piernas y, en consecuencia, disminuyen el riesgo de caídas y fracturas comunes como la cadera o las vertebrales.
  • Flexibilidad y elasticidad: Es importante realizar estiramientos activos o pasivos con frecuencia, especialmente antes y después del programa de ejercicios. El desarrollo de la flexibilidad de los ligamentos y músculos hace que mejore la estabilidad y se contrarreste la debilidad muscular y el acortamiento de los tendones.

AVISO IMPORTANTE: Estos ejercicios y pautas se basan en recomendaciones generales para enfermos renales crónicos.  Siempre deben realizarse individualizados y bajo la supervisión de personas capacitadas. El profesional fisioterapeuta es quien debe diseñar el entrenamiento y escoger el tipo de ejercicios más convenientes para las capacidades físicas y el estadio en el que se encuentra el paciente. 

Cuándo realizar ejercicio físico

Es importante escoger un buen momento para realizar los ejercicios anteriormente citados y que no resulten contraproducentes para el paciente.

Generalmente, suele ser recomendable realizar actividad física por la mañana o mitad tarde, pues se debe esperar una hora como mínimo después de comer. Además, es aconsejable evitar realizar ejercicio en horas calurosas o momentos antes de acostarse, pues mantiene activo al paciente y le impide relajarse para dormir.

Para los pacientes en diálisis o hemodiálisis, es aconsejable realizar la rutina de ejercicio antes de la sesión del tratamiento o los días en los que no dialice, ya que pueden presenciar mareos o cansancio.

Cómo deben ser las sesiones de ejercicio

Los profesionales aconsejan realizar ejercicio físico 5 días a la semana, con una duración de entre 30-60 minutos cada día y que incluyan un descanso mínimo de 10 minutos durante la sesión.

Según la OMS, lo recomendable es hacer un mínimo de 150 minutos de ejercicio semanal, siendo los niveles inferiores a este mínimo considerados como sedentarismo. El objetivo ideal sería que con la práctica de una rutina de ejercicio semanal en varios meses se alcanzasen los 300 minutos semanales.

Es importante tener en cuenta que cada persona deberá incrementar los minutos semanales de ejercicio según su situación o estadio de la enfermedad. Partiendo de un mínimo de 2 veces por semana y aumentando hasta 5 días.

En todo caso, la mejor forma de hacer ejercicio sería reunirse en un local o centro deportivo con otros pacientes para alternar los tipos de ejercicios y hacerlos en conjunto, así como contar con el consejo de un monitor.

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Precauciones para pacientes renales al realizar ejercicio físico

Así como es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones, también se debe conocer qué precauciones debemos tomar al realizar actividad física.

Estas son las principales precauciones o aspectos a tener en cuenta al realizar ejercicio físico para pacientes renales:

  1. Importancia de evitar la fatiga ➤
  2. Precaución con los ejercicios de abdomen ➤
  3. Ejercicio con catéter o fístula ➤
  4. Pacientes en tratamiento de diálisis peritoneal ➤
  5. Cuando no se debe realizar ejercicio con ERC ➤

La importancia de evitar la fatiga

En principio, no existe ninguna limitación para los enfermos renales a la hora de realizar ejercicios vigorosos, siempre y cuando hayan sido asesorados previamente por un profesional.

No obstante, es importante estar alerta y modificar la rutina en caso de que el paciente llegue a la fatiga.

Algunos indicios para comprobar si el ejercicio está siendo muy extremo para sus capacidades son:

  • Tener la respiración tan agitada que es incapaz de hablar con normalidad durante la sesión.
  • No recuperarse físicamente tras una hora después.
  • Sentir dolor muscular intenso que impida realizar la siguiente sesión.

Aquellos pacientes que presenten una fatiga temprana, pueden comenzar realizando entrenamientos de fuerza e ir progresando a medida que noten avances. Para iniciar los ejercicios aeróbicos y de resistencia se deberá partir de una intensidad baja e incrementar el nivel a la vez que el paciente demuestre mayor tolerancia al ejercicio.

Precaución con los ejercicios de abdomen

Los pacientes con enfermedad renal crónica que hayan sido trasplantados de riñón, deberán tener especial precaución con los ejercicios de abdomen.

En principio, tanto los ejercicios de fuerza como los de resistencia son beneficiosos para los pacientes trasplantados. No obstante, se deberá evitar aquellos en los que se ejercite la presión y extensión de la zona abdominal.

Así pues, los deportes de contacto también pueden ser peligrosos para el órgano trasplantado, pues presentan mayor riesgo de recibir golpes en la zona.

Ejercicio con catéter o fístula

Los pacientes que tengan catéter o fístula deberán seguir las indicaciones de su nefrólogo para las sesiones de ejercicio.

Generalmente, no se debe realizar actividad física los primeros días después de su implantación hasta que se retiren los puntos, y es muy importante mantener la higiene de la zona durante y después de la sesión.

Asimismo, no son recomendables los deportes intensos, ni aquellos en los que se realicen movimientos que ejerciten o se puedan recibir golpes en la zona. Además, en el caso del catéter, también se deberán evitar los deportes en el agua, como la natación.

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Pacientes en tratamiento de diálisis peritoneal

Los pacientes en diálisis peritoneal pueden realizar actividad física casi con total normalidad, exceptuando aquellos movimientos en los que se ejercite de forma intensa la zona abdominal.

Además, deberán realizar las sesiones cuando no contengan líquido en el abdomen, pues existe el riesgo de que se produzcan hernias abdominales o el aumento de presión del catéter.

Cuándo no se debe realizar ejercicio con ERC

A pesar de que a priori siempre se pueda realizar actividad física con enfermedad renal crónica, existen situaciones concretas en las que no se debería realizar actividad física. Como, por ejemplo:

  • Si tienes fiebre.
  • Si has padecido una contusión cerebral recientemente.
  • Si sufres de diabetes mellitus o glucemia no controladas.
  • Si padeces de alguna lesión (evitar ejercicios que impliquen ejercitar la zona).

En caso de que ya haya comenzado la sesión de ejercicio, se debe parar si se presentan estos síntomas:

  • Mareos, cansancio extremo o calambres.
  • Dolor en el pecho.
  • Excesivo esfuerzo en respirar (más allá del aumento de la respiración propia del ejercicio en sí).
Alexis Mercé Alcer Turia

Alexis Mercé

Contenido supervisado por Alexis Mercé

Fisioterapeuta del equipo multidisciplinar de Alcer-Turia

Graduado en Fisioterapia y con Máster Oficial en Valoración de Fisioterapia y Readaptación en el Deporte por la Universidad de Valencia. Está colegiado en el Ilustre Colegio Oficial de Fisioterapeutas y ha realizado una gran variedad de cursos académicos en la rama de la fisioterapia, además de disponer de una larga trayectoria profesional en el sector.

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