Una hernia es la alteración de una pared muscular por la cual el órgano sale parcial o totalmente de su lugar, generando un bulto en la zona.
Pueden existir distintos tipos de hernia dependiendo de la zona en la que se origina: abdominal, femoral, inguinal, umbilical… Cada tipo se manifiesta de forma particular, no obstante, generalmente todas las hernias suelen compartir los siguientes síntomas: dolor, molestia en la zona, náuseas o vómitos, estreñimiento, heces con sangre y dificultades urinarias.
El tipo de hernia más propicio entre las personas con enfermedad renal crónica es la hernia abdominal, puesto que la introducción de líquido durante el tratamiento de diálisis peritoneal provoca un aumento de la presión intraabdominal, lo que puede favorecer la aparición de problemas abdominales, y por consiguiente, hernias. Si sucede esto, se suele tratar la hernia mediante una intervención quirúrgica.