La hemodiálisis es un tipo de diálisis para el tratamiento de enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) que, a pesar de que no puede curar la enfermedad, permite que el paciente tenga mayor calidad de vida y pueda vivir más años.
Su objetivo es eliminar toxinas y líquido de la sangre cuando los riñones ya no son capaces. Además, también ayuda a controlar la presión arterial, producir glóbulos rojos y mantener un buen nivel de minerales en el cuerpo.
El tratamiento consiste en la introducción de una fístula arteriovenosa o catéter a través de la cual se transmite la sangre del cuerpo a un dializador, esta máquina se encarga de filtrar y bombear la sangre, para posteriormente devolverla al interior del organismo.
Los pacientes renales deben realizar el tratamiento de hemodiálisis aproximadamente tres días a la semana de forma alterna y con una duración de cada sesión de cuatro o cinco horas.
¿Dónde se puede recibir tratamiento de hemodiálisis?
El tratamiento de hemodiálisis puede realizarse en un centro de diálisis especializado (hemodiálisis ambulatoria) o en el hogar del paciente (hemodiálisis domiciliaria).
- La hemodiálisis ambulatoria presenta como ventajas que se puede conocer en las sesiones a otras personas con insuficiencia renal, no se necesita tener todo el equipo en casa y se dispone de atención médica especializada. Sin embargo, se encuentra limitada por un horario establecido, el paciente debe acudir al centro médico y, al haber mayor tiempo entre las sesiones de tratamiento, supone mayor restricción de dieta y malestar para el paciente.
- La hemodiálisis domiciliaria permite mayor flexibilidad horaria y comodidad, al no tener que desplazarse, y tendrá mejor calidad de vida debido a no tener que mantener tantas restricciones de dieta y realizar las sesiones de forma más frecuente. Sin embargo, presenta como desventajas la necesidad de aprendizaje previo del tratamiento, tanto el paciente como sus acompañantes, y la ocupación de todo el equipo de diálisis en casa.