El fósforo es un mineral que se encuentra en todas las células del organismo, de hecho, es el segundo mineral más abundante e interviene en diversas funciones del cuerpo humano, pues puede contenerse en los huesos, dientes, células, el ADN y el ARN.
Se puede obtener fósforo a partir de la ingestión de una gran variedad de alimentos, por eso en términos generales no es probable que se desarrolle una deficiencia de este mineral. Igualmente, en caso de tener una cantidad excesiva de fósforo en el organismo, los riñones se encargan de filtrarlo y expulsarlo en forma de orina.
Es por eso que, cuando se padece enfermedad renal crónica, se produce una acumulación de fósforo en la sangre (hiperfosfatemia) y se debe controlar la ingesta de fósforo, pues puede conducir al debilitamiento de la masa muscular esquelética (sarcopenia) y el padecimiento de una enfermedad cardiovascular.