La Enfermedad Renal Crónica (ERC) consiste en la degeneración de los riñones y la pérdida de su capacidad para filtrar los residuos y líquidos de la sangre. Cuando dejan de funcionar por completo es cuando se conoce como insuficiencia renal y necesitan recurrir a tratamientos de diálisis o trasplante renal.
Las personas que principalmente tienden a desarrollar esta enfermedad son aquellas que sufren de diabetes o hipertensión arterial. Sin embargo, también puede venir provocada por otras causas como trastornos autoinmunitarios, infecciones y enfermedades de las vías urinarias, cáncer de riñón, ciertos medicamentos, fallos de nacimiento o enfermedades hereditarias.
La enfermedad renal crónica es irreversible, sin embargo con una detección temprana y el tratamiento adecuado se puede conseguir ralentizar su deterioro y mejorar la calidad de vida del paciente.
Etapas de ERC
La ERC se puede dividir en cinco etapas:
- Etapa 1: Existe un daño pero los riñones funcionan bien y no se presencian síntomas.
- Etapa 2: Leve pérdida de función renal y los síntomas son casi imperceptibles.
- Etapa 3: Deficiencia renal moderada. Los riñones ya no cumplen con su función de depuración y comienzan los síntomas como la debilidad, cansancio, dolores musculares y sensación de malestar.
- Etapa 4: Deficiencia renal grave. Los riñones no son capaces de filtrar los residuos de la sangre. Se agudiza el dolor en la zona lumbar, disminuye el apetito y se desarrollan enfermedades óseas o sanguíneas.
- Etapa 5: Insuficiencia renal. Los riñones no funcionan y han llegado a la fase de fallo renal, por lo que requieren un tratamiento de diálisis o trasplante para poder depurar la sangre. Los síntomas se pueden amplificar a vómitos, fatiga, tiroides y dificultad para respirar.
Durante los estadios 4 y 5 la patología se suele denominar como Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA), también conocida como prediálisis, pues se trata de una fase de la insuficiencia renal muy desarrollada.