El calcio es el mineral más abundante del cuerpo humano, ya que se almacena en los huesos y dientes.
Además, cumple con funciones muy importantes para el organismo: por un lado, aporta la estructura esquelética y rigidez a los huesos; pero también se encarga de la regulación de la sangre por los vasos sanguíneos, la contractilidad de los músculos y la transmisión nerviosa desde el cerebro al resto del cuerpo.
Es importante controlar los niveles de calcio si se padece de enfermedad renal crónica, puesto que tienden a disminuir debido al almacenamiento de cantidades extremas de fósforo (hiperpotasemia) en sangre. Este déficit de calcio es peligroso, pues puede desencadenar en otras enfermedades asociadas como la osteoporosis.